El curso de especialización Laboratorio de Emociones tendrá su inicio el jueves 12 de agosto del 2021 y las y los interesados podrán inscribirse en labemociones@piie.cl. Últimos cupos disponibles ¡No te quedes fuera!

¿Qué lugar le damos a nuestras emociones en el actual contexto? ¿Y qué lugar le damos a las emociones colectivas? Si nos remontamos a enero de 2020, nadie podía presagiar los sucesos que iban a transformar por completo la vida de todos y todas. Si bien en Chile la experiencia del Estallido Social ya había puesto en crisis el sistema social, económico, cultural y político, fue la pandemia producida por el coronavirus la que profundizó una sensación general de incertidumbre y desazón, que ha puesto en el centro de la escena la salud mental de la población y de sus emociones.

Paola Abatte, doctora en Artes, psicóloga, directora teatral y parte del equipo del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), viene ejecutando desde principio de año, junto a un equipo de profesionales, el Laboratorio de Emociones: “Un espacio creativo para el abordaje de las emociones. Es un espacio para la exploración, reconocimiento, expresión creativa de las emociones, que apunta a crear comunidades de contención afectiva”.

“En este caso, es a través de las artes, del lenguaje artístico, que son en realidad también lenguajes afectivos que pueden contener el desborde, el exceso de la experiencia emocional que habitualmente no cabe en palabras. Siempre tenemos la experiencia de que cuesta hablar de nuestras emociones, porque hay mucho ahí de preverbal, hay mucho de exceso de sentido y es ahí donde la experiencia estética, los lenguajes estéticos como experiencias afectivas nos pueden ayudar a expresar esta dimensión poderosa del ser humano”, comenta la profesional.

El curso Laboratorio de Emociones, realizado desde el PIIE, está pensado como formación de profesionales para que desarrollen prácticas psicoartísticas y performativas para el abordaje de las emociones, especialmente con niños, niñas y adolescentes (NNA), pero también con otros grupos de la sociedad. El curso incluye elementos formativos (teóricos y prácticos) que permiten que las y los participantes puedan aplicar estas prácticas en sus entornos laborales y personales.

 

¿Cómo ha sido la experiencia con la primera edición del Laboratorio de Emociones?

Para Paola, la primera edición ha sido una experiencia muy positiva: “Transformadora para todas y todos los participantes y también para nosotras las facilitadoras. Aun cuando ha sido online hemos podido constatar que es posible llegar a constituir una comunidad de contención afectiva, creativa, con distintos recursos para expresar creativamente las emociones. Y eso genera esperanza en estos tiempos, darnos cuenta que podemos vincularnos de muchas maneras. Otra experiencia grata ha sido que el laboratorio integra el propio espacio, el espacio físico donde está la persona, entonces combatimos un poquito la fatiga pandémica al no estar todo el tiempo mirando de frente la pantalla, sino al estar también en relación con nuestro entorno y al mismo tiempo con el grupo, creo que hemos podido llenar de afecto ese espacio remoto que nos separa”.

 

La importancia del Laboratorio de Emociones en el actual contexto

En relación al actual contexto, el curso laboratorio “aporta a la creación de facilitadores que puedan iniciar espacios de contención afectiva, instancias de autocuidado y creativa con distintos grupos, con NNA, adulto mayor, personas en riesgo, discapacidad, profesores y distintas comunidades. Hay muchísimas áreas donde estas prácticas pueden ser aplicadas, si bien han sido probadas en niños, niñas y adolescentes, también en grupos de adultos que han sido formados como facilitadores y por lo tanto, son formas no invasivas, amables y liberadoras de poder expresar nuestras emociones y ponerlas en flujo sin estigmatizarlas. Hay una serie de prácticas emancipadoras de la experiencia emocional que aporta el laboratorio a través de un enfoque particular y original”, sostiene la directora de teatro.

Paola Abatte profundiza en este punto y considera que “el aporte tiene que ver con que estamos en una emergencia, no solo sanitaria sino también de salud mental. Nuestras emociones están en crisis, nuestros contextos están en crisis; estamos directamente asistiendo a la caída de un sistema, entonces estamos siendo golpeados de distintas maneras. Por eso, ya no podemos poner las emociones solo en manos de instancias clínicas o médicas, esta tiene que ser una misión de sociedad en su conjunto. Tenemos que reparar, tenemos los tejidos sociales muy dañados, ha habido mucha injusticia, abuso, maltrato, vivimos en un país con historia de violencias de distintos tipos. Y no solo un país, un mundo, una civilización construida en base a la violencia y nos damos cuenta que llegamos a un callejón sin salida.

Entonces, no es tiempo de abordar esto como si fueran problemas individuales, estamos todos y todas metidos en estas atmósferas emocionales. Tenemos, por tanto, que abordarlo decididamente de manera colectiva, de manera que nos una y nos de algo más, nos permita comunicarnos, nos permita expresarnos humanamente con lo mejor que tenemos de nosotros, que también está en las emociones” dice Paola.

En este sentido, la profesional comenta que, cuando entramos en las emociones de los adultos, surgen muchas emociones comunes, como la ansiedad, el estrés, el duelo, la incertidumbre, expresadas “de manera hermosa y apoyadora dentro del laboratorio”. Se trata de “experiencias por las que estamos atravesando también muchas personas en esta época, entonces es muy interesante porque también lo que aparece es una radiografía de nuestro propio emocionar en estos tiempos”, concluye.

 

¿Quiénes pueden participar y por qué elegir el Laboratorio de Emociones?

El curso especialización laboratorio de emociones está destinado a participantes profesionales o estudiantes de últimos años de disciplinas y carreras afines, que trabajan con grupos y que requieren abordar las emociones. Participan profesionales de la educación, de la salud, psicosociales, artistas facilitadores, una gran gama de personas que aportan con sus diversos saberes y experiencias al desarrollo del laboratorio, que es una instancia participativa, en la que se investiga en conjunto, no tan solo en las emociones particulares sino también en las del colectivo.

Las personas deberían participar porque “el laboratorio es un viaje experiencial, de autoinvestigación e investigación colectiva, en el que vas a desarrollar expresividad, sensibilidad, una concepción, un acercamiento a las emociones que te va a permitir, no solo replicar los ejercicios o las experiencias que desarrollamos en las clases sino también diseñar tus propias prácticas para aportar a la expresión de distintas personas y grupos. En definitiva, te podrás convertir en facilitador/a de espacios de expresión creativa de emociones y de contención afectiva”.

Para participar del Laboratorio de Emociones NO es necesario ser artista o incluso tener alguna habilidad artística desarrollada. Pueden participar personas aficionadas, personas que quieran iniciar algún tipo de exploración estética por su cuenta, personas con curiosidad o espíritu lúdico. “Son lenguajes muy sencillos, utilizamos la expresión gráfica, la expresión dramática, la instalación. Y como muchas personas están familiarizadas con la fotografía o el video, los utilizamos bastante o también, pero todo de manera muy lúdica, poco invasiva, de manera que nadie se sienta juzgado por la calidad artística de sus expresiones, no es esa la idea. Entonces invitados todos y todas, no solo artistas, también personas que quieran expresarse a través de estos lenguajes” cerró la Psicóloga